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Francisco I en Bolivia

Ana Rosa López Villegas

Falta poco menos de una semana para la llegada del Papa Francisco I a Bolivia. Es su primera visita al corazón de Sudamérica y se trata también de una visita muy particular y simbólica si analizamos detenidamente el programa que seguirá la misma y de la cual nos ocuparamos en los párrafos siguientes.

La última visita papal que recibió Bolivia fue la de Juan Pablo II en el año 1988. Por entonces el país estaba apenas comezando a recuperarse de una dura época de crisis económicas y políticas y en la que los movimientos sociales sobrevivían frente a un nuevo y feroz modelo económico denominado neoliberalismo. En aquella ocasión, el Papa recibió como regalo el poncho de un campesino y el casco de un minero, presentes que fueron considerados como una forma de comunicación entre Juan Pablo II y la gente más humilde. Quedan en el recuerdo las lágrimas con las que el minero orureño Juan Alborta le dijo a la primera autoridad de la Iglesia Católica "los mineros tenemos hambre"; su esposa le ofreció una olla vacía como símbolo de aquel dolor.

Han pasado 26 años desde aquella visita, Bolivia se prepara ahora para recibir al segundo sucesor de Juan Pablo II, Francisco I. El pasado 13 de marzo de 2013, el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio se convirtió en el primer Papa latinoamericano de la historia. La elección de Francisco I no sorprendió tanto como la forma de ser sencilla y accesible que el Sumo Pontífice ha demostrado y demuestra en cada uno de sus actos. Francisco I le ha dado un perspectiva diferente a la Iglesia Católica y aunque su desafío de cambiar ciertas estructuras de piedra dentro de ella es monumental, él continúa acercándose a la gente con un mensaje evangelizador claro, cotidiano y comprensible.

En los dos años y poco más que lleva dirigiendo a la Iglesia Católica, Francisco I le ha prestado especial atención a ciertos temas que ninguno de sus antecesores contempló en agenda. En octubre de 2014, el Vaticano organizó un inédito encuentro mundial de movimientos populares en el que "se concluyó que el acceso pleno e integral a la tierra, el trabajo y la vivienda son derechos humanos inalienables, que deben ser garantizados y respetados. También se abordó el problema de la violencia, la guerra y el calentamiento global, entre otros temas".1 Más allá del discurso, se destaca la priorización por parte del Vaticano de los movimientos sociales como representantes legítimos de los más desválidos de la sociedad. Al Papa latinoamericano no le interesa codearse con la crema de las esferas políticas y económicas de los lugares que visita, a él le llama la atención mirar el día a día de los feligreses que acudiendo o no a las iglesias buscan igualdad y mejores condiciones de vida.

La simbólica visita de Francisco I a Bolivia

Francisco I ha manifestado su intención de mascar hojas de coca a su llegada a Bolivia. Así es, el Papa quiere probar la hoja milenaria del altiplano, y esa es su forma de comunicarse con los más humildes, de reconocerlos y respetarlos.

Después de la ceremonia de bienvenida que se llevará a cabo el próximo miércoles 8 de julio cuando Francisco I haya pisado tierra boliviana, su primera parada antes de trasladarse hasta el Arzobispado de La Paz, será el lugar en el que fue asesinado el Padre Luis Espinal en 1980. Espinal representa un ícono de la lucha por la democracia en Bolivia. Aunque su nombre no se olvida ni se perdona su cruel asesinato, aquí viene el Papa a recordar su figura y a bendecir el lugar en el que le fue arrebatada su existencia por la dictadura de García Meza. El protocolo papal continuará en La Paz con otros encuentros y celebraciones eucarísticas a las que seguramente acudirán tod@s l@s paceñ@s que aprovecharán el feriado decretado para ese día debido a la visita papal.

El jueves 9 de julio, Francisco I participará en el II Encuentro Mundial de movimientos populares que se llevará a cabo en la ciuda de Santa Cruz. Se prevé que más de 700 dirigentes de organizaciones sociales internacionales acudirán al evento.

Finalmente, antes de despedirse de Bolivia, Francisco I visitará la Cárcel de Palmasola ubicada en la capital cruceña, la cita está prevista para el viernes 10 de julio. Una vez más el Papa se acerca hasta el lugar en el que se encuentran los menos favorecidos de la sociedad. La cárcel de Palmasola, el lugar en el que el pasado 23 de agosto de 2013 se registró una matanza que cobró la vida de 35 personas y dejó heridas a un centenar será el último recinto boliviano en el que Su Santidad Francisco I dejará su bendición.

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1 Fuente: www.lostiempos.com

Publicado: julio 2015

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