Latice - Latinamérica en el Centro

-

El agua potable de los pueblos originarios se ve amenazada por la fiebre de oro en Ecuador

Ida Lokamo

El gobierno de Ecuador invierte en la minería como un medio para salir de la pobreza. Pero en el rastro de las minas surgen muchos problemas, como la violación de los derechos de los pueblos originarios y la destrucción generalizada del medio ambiente.


Miriam Chuchuka

Miriam Chuchuka es una campesina productora de leche y vicepresidente de la organización campesina FOA, que desde hace diez años resiste activamente la construcción de una mina de oro en Kimsakocha, al sur de Ecuador. Miriam visitó recientemente Estocolmo para hablar de la lucha que llevan a cabo para detener la mina.

Kimsakocha está situada en la meseta andina y es una zona de rica biodiversidad. En esta región hay tres ríos y más de 30 lagos diferentes. En torno a estos lagos habitan alrededor de 30 000 personas, la mayoría son pueblos originarios que viven de la agricultura. Los habitantes de Kimsakocha dependen directamente de los lagos como fuente de agua potable y también para la agricultura. De concretarse la mina de oro existe el peligro de que el agua del lago se contamine, el bosque será talado y miles de personas de los habitantes de la zona se verán obligados a desplazarse.

Desde que el proyecto comenzó en el año 2000 ha existido una fuerte resistencia de los lugareños hacia los planes de la mina. Quienes se oponen a la mina han organizado bloqueos de carreteras, protestas callejeras y reuniones públicas para tratar de centrar la atención sobre el caso y expresar su opinión. En lugar de escuchar a los manifestantes el gobierno ecuatoriano ha respondido con un endurecimiento de leyes, acusando a los participantes en las protestas de terrorismo y sabotaje. Varios activistas han sido detenidos, amenazados y multados, dice Miriam Chuchuka.

Para ganar las simpatías la minera canadiense INV Metales, que posee los derechos a la mina, se ha comprometido a construir nuevas escuelas, carreteras y hospitales de la región, con la condición de que los habitantes de la zona se muestren favorables a la mina. Si el trabajo va de acuerdo a lo planeado INV Metales va a comenzar la extracción de oro en 2016. En el proceso de extracción de oro se utilizan metales pesados tóxicos y químicos como cianuro, mercurio y ácido sulfúrico. La consecuencia de liberar dichas sustancias en el medio ambiente es la contaminación del agua y el terreno durante mucho tiempo.

Los habitantes de esta región han comenzado a notar ya las consecuencias en el medio ambiente de los trabajos de exploración del terreno, entre otras cosas, que se ha desmejorado la calidad del agua en algunas zonas y que ha desaparecido mucha vegetación, lo que deriva en la erosión del suelo. INV Metals desde el inicio del proyecto ha señalado que la mina es sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Pero los opositores a la mina cuestionan que la extracción de un recurso no renovable puede ser sostenible.

La Comisión de Derechos Humanos también ha criticado el proyecto minero en Kimsakocha porque no se ha informado suficientemente a la población local sobre la mina y sus consecuencias, antes de que comenzara el proyecto. La población de la zona tampoco tuvo oportunidad de dar a conocer su opinión sobre el asunto, derecho que les es reconocido por la ley. A esto se debió que en el 2011 la propia población de las provincias circundantes a Kimsakocha organizara un referéndum, con el resultado de que el 93 % votó en contra de la construcción de la mina. El gobierno declaró esta votación no válida basándose en que no era un referéndum oficial.

El gobierno de Ecuador considera, al igual que el de muchos otros países de América Latina, que las inversiones en la minería permiten salir de la pobreza, atraer inversiones extranjeras y reducir la dependencia económica ocasionada por las exportaciones de petróleo. El actual presidente de Ecuador, Rafael Correa, mientras ha estado en el poder ha estado enfocado en la reducción de la pobreza de manera significativa en el país, lo que le ha resultado en una gran popularidad.

Ni Miriam Chuchuka, ni los demás activistas, sienten simpatía por el presidente, ya que éste en un conocido comunicado ha llamado a quienes se oponen a la mina en la región de Kimsakocha como "mendigos sentados en un saco de oro."

Los activistas argumentan que la mina no les va a beneficiar en manera alguna, ya que los nuevos puestos de trabajo que se creen no son para los residentes de la zona, sino para trabajadores temporales de Perú y Colombia.

- Los pobladores de Kimsakocha son agricultores, no mineros. No nos vamos a beneficiar de los ingresos que produzca la mina, sólo vamos a perder nuestra tierra y nuestra capacidad de manutención. Nos las hemos arreglado en generaciones sin oro. Pero si el agua muere morimos también nosotros, afirma Miriam Chuchuka.

Tanto en la prensa local como en la internacional se ha prestado considerable atención a los activistas que se oponen a la mina, lo que para Miriam Chuchuka es el mayor éxito que han alcanzado.

- Nuestra oportunidad para parar el trabajo depende de cuántos logramos movilizar en las protestas. Cuantos más seamos más presión podemos ejercer sobre el gobierno.



Publicado: diciembre 2014

Más artículos de: Ida Lokamo



  • Latice es una asociación civil sin fines de lucro org. nr.802440-4512|
  • © 2008 LatiCe