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Los traumas de Rosario Murillo gobiernan Nicaragua

Sandra Chaher
Artemisa Noticias

En Nicaragua no nos sirve la ciencia política para entender lo que está sucediendo, sino la literatura y la psicología.

Sofía MontenegroPeriodista comprometida y feminista, Sofía Montenegro no calla nada. Es la directora ejecutiva de CINCO, una organización de la sociedad civil líder en Nicaragua, y coordina el Movimiento Autónomo de Mujeres. Predice conflictos políticos en su país, por el tono represivo del gobierno actual, y se refiere al vínculo entre Rosario Murillo y Daniel Ortega: En Nicaragua no nos sirve la ciencia política para entender lo que está sucediendo, sino la literatura y la psicología.

Sofía Montenegro fue parte de la Revolución Sandinista junto a Daniel Ortega y hoy, como muchas otras personas en su país, es una de sus más fuertes opositoras. Es coordinadora política del Movimiento Autónomo de Mujeres de Nicaragua y directora ejecutiva del Centro de la Investigación y la Comunicación -CINCO-, que fundó hace 15 años junto a Carlos Fernando Chamorro, otro destacado periodista nicaragüense.

La sede de CINCO está en una zona residencial de Managua, al final de una calle arbolada y sin salida. La oficina de Sofía tiene un ventanal enorme que da a un patio con plantas. Un lugar agradable para trabajar. Es temprano a la mañana y el sol ya calienta fuerte. En medio del humo de los cigarrillos, Sofía desgrana contundentes afirmaciones sobre la actual situación política del país: 'Nicaragua está en una crisis institucional enorme, va en un proceso de regresión autoritaria acelerado hacia el totalitarismo. Han implosionado todos los poderes del estado, Daniel Ortega ha puesto un sistema de llaves y el espacio político se está cerrando aceleradamente'.

- ¿Habrá nueva elección de Daniel Ortega?

-Yo creo más bien que lo que se acerca es un nuevo ciclo de conflictos políticos. Tenés la oposición en la sociedad civil y también en los partidos políticos.

- ¿Estás hablando de la posibilidad de un nuevo conflicto armado?

-No, en primer lugar porque no hay una revolución más que en la cabeza de Rosario Murillo y Daniel Ortega. Aquí la revolución quedó clínicamente muerta en 1990 y las mejores expresiones de lo que fue la experiencia revolucionaria están en algunos movimientos de la sociedad civil, entre ellos el movimiento de mujeres. El hecho de que no haya revolución sino sólo el intento puro y duro de mantenerse en el poder es una actitud sectaria del orteguismo vinculado a la creciente exclusión de los que protestan. Eso irá en un escalamiento progresivo. El proyecto Ortega no es viable ni política, ni social ni económicamente, sólo puede sostenerse a punta de represión, y dura lo que dura el aguante de la gente y esto es reiterativo en Nicaragua. De hecho hay indicadores de que la gente empieza a autoorganizarse. Y a diferencia de lo que fue el período de la revolución y guerra civil, esta vez la implosión será por adentro, no en la frontera. Habrá tantos conflictos como alcaldías hay en el país.

El panorama mediático

- ¿Cuál es la situación de los medios de comunicación?

- Los dos diarios nacionales -El Nuevo Diario y La Prensa- son completamente independientes del gobierno, están en la oposición. La mujer del presidente (N. de la R.: Rosario Murillo) tiene un panfleto que se llama El 19 digital, que intentaron sacarlo impreso pero no les funcionó porque la gente no lo quería ni regalado. No tenemos televisión pública y, en cuanto a las radios, son independientes pero se está haciendo uso de la publicidad oficial para favorecer sólo a los amigos y oficialistas y esto sucede en medio de amenazas y persecuciones. En Nicaragua tuvimos siempre una prensa beligerante, desde los tiempos de (Anastasio) Somoza. Y desde que llegó Ortega se está usando un mecanismo bastante más inteligente que la represión. En radio y televisión las frecuencias las maneja el estado; el 70% se vencían en el 2009 y el resto este año, entonces eso provocó una autocensura y un silencio terrible.

Sofía Montenegro fue jefa de redacción de Barricada, el diario de la Revolución Sandinista, y Carlos Chamorro el director. 'Nosotros queríamos fundar una prensa alternativa y autónoma en Nicaragua. Hicimos esa experiencia en Barricada, hasta que nos defenestraron, y en el '95 fundamos CINCO.'

La propuesta de CINCO es producir información independiente y a la vez hacer investigación sobre medios de comunicación. En el primer área se desarrollan en dos programas de televisión conducidos por Chamorro; una revista llamada Confidencial, de análisis político y económico; y un programa semanal de radio. En relación a la investigación, se concentran en medios y llevan adelante un Observatorio de la Gobernabilidad, que hace un acompañamiento de la sociedad civil. CINCO se transformó en estos años en una de las organizaciones de la sociedad civil más reconocidas dentro y fuera de Nicaragua.

El movimiento de mujeres

Montenegro es también una de las lideresas del feminismo nicaragüense, dividido en los últimos como consecuencia del desarrollo político. La periodista quedó alineada con el Movimiento Autónomo de Mujeres, del que es coordinadora política.

- ¿Cómo se inserta el movimiento de mujeres en el actual panorama político de Nicaragua?

- Yo creo que la suerte de las mujeres va a ser la suerte del país. El balance histórico del movimiento de mujeres de Nicaragua indica dos cosas clarísimas: no es posible avanzar en los derechos de las mujeres sin que exista un movimiento autónomo y beligerante que luche por esos derechos, y debe haber una fuerza progresista en el poder. Por eso la estrategia del Movimiento Autónomo de Mujeres de Nicaragua fue reconstruir el movimiento, salirse de las lógicas que lo debilitaron, y a la vez regresar a la política como ciudadanas, en defensa de la democracia. Esto lo señalo porque hay un reflujo en el movimiento feminista de América Latina. Las mujeres quedaron en orfandad política y teórica cuando se desarmó la izquierda, y hubo un repliegue hacia lo micro, marginal, hacia subculturas y guetos. Y en los '90 hubo un intento de insertarse en los estados pero también se desmanteló. Entonces sólo queda ponerte de nuevo el modelo de ciudadana y participar en la refundación del estado.

- Además del aborto terapéutico, ¿en qué otros temas vinculados a las mujeres se retrocedió en estos años?

-Se retrocedió mucho en acceso a la justicia y femicidio. Si tenés un presidente que es violador y no es castigado, qué puedes esperar del simbólico de los hombres. En todos los temas de mujeres empeoró el acceso a la justicia. Y por otro lado, éste es el gobierno que mas ha perseguido a las mujeres y por varias razones: primero porque hay de por medio una venganza política por el caso de Zoilamérica y por otro lado por el aborto. Como Ortega y Murillo se volvieron 'cristianos renacidos', ahora tenemos una política fundamentalista cristiana desde el Estado, una política terrorista del Estado hacia las mujeres que las obliga a parir y si tenés un mal embarazo estás condenada a morir. Hay impunidad total y absoluta y en esto las mujeres llevamos la peor parte. Y esta impunidad no proviene de una decisión deliberada, sino del cruce simbiótico de dos patologías, la de Ortega y la de Murillo. No nos sirve la ciencia política para entender lo que está sucediendo, sino la literatura y la psicología. No hay argumentos jurídicos ni políticos detrás del ejercicio del poder en Nicaragua. Son los traumas de la Rosario los que nos gobiernan.

Publicado: noviembre 2010

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