Latice - Latinamérica en el Centro

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América Latina se convulsiona

Miguel Ángel Méndez
Revista Web de Análisis y Opinión E'a, Paraguay

La ciudadanía de varios países de América Latina sale a las calles para exigir sus derechos políticos, económicos y sociales.

Luego del llamado fin de los gobiernos progresistas en el sur del continente americano (Argentina, Ecuador y Brasil) y de la avanzada del neoliberalismo a nivel continental, pareciera que los pueblos de América se levantan contra este sistema neoliberal que pretendía hegemonía luego del periodo progresista.

En Honduras, la ciudadanía exige la renuncia del presidente Juan Orlando Hernández por haber recibido éste un millón de dólares del narco mexicano Joaquín "Chapo" Guzman para su campaña política.

En el olvidado Haití, ya hace seis semanas, miles de manifestantes exigen la dimisión del presidente Jovenel Moïse por ineptitud para el cargo y corrupción. Recordemos que estas movilizaciones se iniciaron hace más de un año cuando el presidente; por recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI), retiró los subsidios a los combustibles para llevar a cabo un acuerdo con el Fondo a cambio de un préstamo por 96 millones de dólares. En ese entonces las multitudinarias manifestaciones lograron frenar el fin a los subsidios.

En el país más pobre de América ya son decenas los muertos en estas semanas, fruto de la represión policial. Las instituciones educativas permanecen cerradas hace un mes. El objetivo más claro de las manifestaciones llevadas a cabo por la oposición, grupos de católicos, universitarios y artistas contra Moïse es la renuncia de este debido al rechazo generalizado de sus políticas neoliberales para complacer al FMI y su beneplácito para seguir las directrices de Estados Unidos y de Francia.

Recordemos que los niveles de pobreza en Haiti alcanzan el 80% y que el 70% de su población se encuentra desempleada. Por el momento en Haití se vive una de las peores crisis humanitarias del continente mientras el silencio y el cerco mediático; que desde USA se ha procurado imponer sobre la crisis, persiste.

En Ecuador, apenas unas semanas atrás, trabajadores, transportistas, universitarios e indígenas lograron frenar, luego de 12 días de movilización, un paquetazo económico que el presidente Lenin Moreno por recomendación del FMI pretendía instaurar imponiendo –también- el fin a los subsidios a los combustibles. Tras la militarización del país, una decena de muertos (según cifras oficiales), miles de heridos y detenidos, el gobierno llegó a un acuerdo retirando el paquete económico que pretendía instaurar.

En Chile, paradigma de país neoliberal que ha seguido los dictados del FMI desde la dictadura de Pinochet, desde hace dos semanas se vive un clima de rebelión civil desatada por el aumento de los precios del pasaje en metro. No obstante este aumento fue solamente el detonante que hizo explotar la insurrección popular. Centenares de miles de ciudadanos salieron de sus casas a las calles para protestar además por el aumento del precio de la luz, los salarios y las jubilaciones de miseria, el elevado costo de la salud y la educación, la privatización del agua y los exorbitantes cobros por el uso de las carreteras.

A las manifestaciones en Chile, el ejecutivo de Sebastián Piñera respondió –igual que su homólogo ecuatoriano- con la militarización por 15 días del país, lo cual ya lleva decenas de muertos, millares de detenidos y heridos; y decenas de denuncias de tortura.

En la noche de martes pasado, luego del toque de queda impuesto, Piñera emitió un comunicado por los medios de comunicación hegemónicos para tratar de parar la protesta callejera, este consistió en el ofrecimiento de un aumento en las pensiones para los jubilados, aumento del sueldo mínimo hasta 350 pesos a trabajadores con jornada completa, disminución de los precios de medicamentos, creación de un mecanismo de estabilización de las tarifas eléctricas -lo que permitirá anular la reciente alza de 9,2%-, mayores impuestos a los sectores de mayores ingresos, reducción de las dietas de los parlamentarios y altos sueldos de la administración pública y reducción en el número de los parlamentarios, entre otras medidas. No obstante este comunicado; las protestas, los saqueos e incendios a supermercados no se han detenido en varias ciudades de Chile. Cuando rige el toque de queda en horas de la noche, se escuchan las cacerolas golpeadas por los chilenos que hacen oír el descontento de la población ante las medidas represivas y la situación económica en este país andino.

En Argentina, país que bajo el gobierno de Mauricio Macri -luego de años de gobierno progresista- a cambio de préstamos del FMI ha seguido las instrucciones de éste aumentando sideralmente su deuda hasta casi alcanza el Producto Interno Bruto (PIB) del país, acrecentando a su vez los índices de pobreza y desempleo, se espera que este domingo en las elecciones generales el descontento popular se exprese en las urnas sacando del gobierno a Macri, dando la victoria como en las recientes primarias abiertas, simultaneas y obligatorias al opositor Frente de Todos por amplia mayoría.

Mientras tanto en Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro; que ya ha introducido reformas neoliberales en el gigante del continente lo que ha ocasionado una importante recesión en el país, mira con preocupación la coyuntura internacional y da instrucciones a su ministro de defensa para responder represivamente en caso de que se produzcan protestas ciudadanas como las acontecidas en otros países de la región.



Publicado: octubre 2019

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