Latice - Latinamérica en el Centro

-

Bicentenario y aborígenes

Por Sixto Vazquez Zuleta

Cuando se habla de los preparativos del bicentenario del movimiento independentista en Argentina, se soslaya a los indígenas.

Parece que la patria en embrión, en un lapsus racista sólo contenía a criollos y europeos. En realidad, es un sugestivo olvido de que existen indígenas y que nuestras burguesías nacionales no quieren recordarlos, tal vez por la incomodidad actual de esa herida abierta que tiene su profundidad conflictiva en las tierras, en cuya apropiación están complicados los gobiernos de nuestro país.

La historia del indígena argentino es una condensación de la tragedia social, política, económica, cultural, ecológica y hasta psicológica que ha diezmado a los pueblos originarios en los últimos cinco siglos de mundialización del capital, con sus etapas de colonialismo, neocolonialismo, imperialismo, dependencia poscolonial y ahora globalización. Es un ejemplo de cómo aquel proceso sangriento de conformación de un sistema-mundo afectó a un continente: la explotación colonial de América abarcó no sólo sus recursos, fue también la explotación del indígena; esos dos momentos de una misma lógica están en la base externa de la acumulación económica del Occidente capitalista: le han dado a éste su actual grandeza, su lugar central, cuando antes era apenas una arrinconada periferia de algún otro centro.

Este soslayamiento pone en descubierto la tensión irresoluble entre la particularidad de una revolución y contradicciones de un universalismo "burgués" que debe excluir a ciertas "partes" para imponer su "todo".

Es que el Occidente burgués no perdona atrevimientos al orden constituido. Baste observar a Bolivia; pocos acontecimientos tienen implicancias más amenazantes para el orden hegemónico de ahora: ejemplo peligrosísimo para las lindantes provincias de Salta y Jujuy e inspiración para los futuros pacíficos movimientos de liberación latinoamericanos (recordemos que Salta y Jujuy tienen mayoría de población indígena). Hay que sospechar una gigantesca y cruel venganza de Occidente contra el inaudito atrevimiento de estos collas.

Que la naciente nación argentina haya formado un escuadrón de indígenas: "Los Tatitos" integrado por nativos de la Puna y la Quebrada de Humahuaca, que esta última -y sus habitantes originarios- haya sido escenario de más de cien combates por la independencia, soportando inclusive el éxodo ordenado por Belgrano, para que hoy sea un territorio pobre, como casi todos los habitados por aborígenes que casi toda su población originaria esté debajo de la eufemística "línea de pobreza" no tiene importancia para esa piación de la "patria" por el "campo.

¿Es justo que ahora agreguemos la destrucción "simbólica" de quitar a los aborígenes el extraordinario mérito de haber sido los primeros y los más consecuentes de nuestros habitantes? Que ciertos sectores de nuestras clases dominantes locales intenten apoderarse de la patria ya es grave. No es bueno que, montados sobre un olvido intencional, se apropien también de esa patria grande que todavía tenemos que construir.



Publicado: agosto 2008

Más artículos de: Sixto Vázquez Zuleta


  • LatiCe är en ideell förening med org. nr.802440-4512 |
  • © 2008 LatiCe