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Nuestra idea es luchar para desdramatizar el aborto

Martin Cuneo/Emma Gascó
Rebelión

Pese a la propaganda del Gobierno kirchnerista sobre los derechos humanos, el aborto sigue estando penado en Argentina, algo que genera un negocio multimillonario para las clínicas clandestinas y un estigma entre las mujeres.

El colectivo de Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto al que pertenece Verónica Marzano trasmite la información necesaria para abortar en casa con Misoprostol, un medicamento avalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

DIAGONAL: ¿Cuál es la situación del aborto en Argentina?

Verónica Marzano: Está penado con cárcel según el artículo 86. No hay muchas mujeres en prisión, pero esto tiene una función extorsionadora muy fuerte. Para que no te lleven presa y que no te pase nada, que no te roben o abusen de ti en la clínica, hay que poner más plata. Existen varios casos en los que el aborto es legal: violación, peligro para la vida de la madre o que sea inviable el embarazo, pero en la práctica no se cumplen. Aunque estas excepciones son legales, jueces, hospitales y comités de ética ponen trabas. En el aborto se cruzan variables relacionadas con la cultura machista, el patriarcado, el negocio, la religión, etc.

D.: ¿Tiene mucho peso la Iglesia?

V. M.: Tiene más peso la corrupción. Según el Ministerio de Salud se realizan entre 460.000 y 600.000 abortos al año. Nosotras pensamos que muchos más. En nuestra línea telefónica para ofrecer información sobre el aborto, este año hemos recibido más de 5.000 llamadas. Todo nuestro trabajo ahora está centrado en lo que nos están contando. Hicimos un informe sobre el negocio del aborto y comprobamos que mueve alrededor de mil millones de pesos al año [unos 180 millones de euros].

D.: ¿En qué consiste la iniciativa que estáis sacando adelante?

V. M.: Hemos abierto una línea de teléfono para dar información sobre el aborto con pastillas de Misoprostol. La OMS indica que es el único método que una mujer tiene para abortar en casa de forma segura hasta la semana 12 de gestación. Nosotras nos basamos en el derecho de información. De las 16 integrantes del colectivo algunas hacen tareas de difusión y otras atendemos el teléfono, por turnos, todos los días. Retransmitimos esa información, la dosis correcta, los riesgos, etc. No prescribimos ni aconsejamos. Se trata de una política de reducción de riesgos.

Nosotras queremos acabar con el aborto visto como un drama. Las mujeres que abortan tienen un gran deseo de hacerlo. Como somos lesbianas, le ponemos la bandera del orgullo. Hay que terminar con la fantasía de aborto cero, que alimentan las mafias de las clínicas clandestinas, y con el estigma que puede producir la propaganda, incluso la feminista, que puede ser contraproducente. Se hace política cuando muere una mujer por un aborto, pero eso también alimenta el miedo. Las mujeres nos llaman pensando que van a morir.

D.: ¿Cómo funciona el Misoprostol?

V. M.: Por precio, el Misoprostol compite con la sonda, que es uno de los métodos inseguros más usado por las mujeres pobres, junto con las agujas de tejer, el perejil, el té, las perchas... La cifra oficial es de cien muertes al año, aunque van bajando gracias al Misoprostol. Hasta el año '98 este medicamento se vendía libremente en Argentina, porque es un protector gástrico. En ese año, el Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires y una ONG presentaron un pedido para que se le pusiera receta con el fin de evitar que las mujeres lo usaran para abortar. Lo que sucedió es que el precio del Misoprostol subió muchísimo y hoy se venden seis de cada diez cajas sin receta y con sobreprecio.

D.: ¿Cómo son las llamadas que recibís?

V. M.: Nos cuentan lo que tienen que hacer para juntar tanta plata: desde vender la heladera hasta pedir un crédito, prostituirse, etc. Las chicas que viven en ciudades pequeñas sufren un fuerte estigma, incluso las activistas. Lo primero que te dicen es "yo no estoy a favor del aborto, pero...". Hay que acabar con esta idea de drama. Hemos editado un manual con toda la información que damos en la línea y las preguntas que nos hacen las mujeres.

D.: ¿Qué es lo que más les preocupa?

V. M.: Desde luego, no sufren por abortar. Abortar les supone una liberación. Para muchas mujeres es la primera vez que se encuentran con este tipo de violencia de género. Te encuentras embarazada y tú no querías, y te preguntas por qué. El 70% de las mujeres que nos llama a la línea nos cuenta que el varón no se puso preservativo y lo difícil que es la negociación para usarlo. Ahí se ve la enorme desigualdad de la mujer frente al varón en el tema del aborto. ¿Por qué no se penaliza al varón?

D.: ¿Por qué el Gobierno no da pasos a favor en la legislación?

V. M.: "Nadie está de acuerdo con el aborto", fue lo primero que dijo Cristina Kirchner. Pero no han trabajado en contra. Podrían habernos criminalizado y no ha sido el caso. Vamos a trabajar para que las condiciones necesarias se den. En este proceso de Gobierno vemos una oportunidad, y no queremos perderla.

Fuente original: www.diagonalperiodico.net



Publicado: enero 2011

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