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Tala de bosques amazónicos aumentó más del doble en sólo un mes

Noticias aliadas

El gubernamental Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE por sus siglas en portugués), encargado de la vigilancia satelital, informó el 24 de setiembre que la deforestación en la Amazonia brasileña superó las 52,200 Ha en agosto, más del doble de lo registrado el mes anterior, cuando alcanzó 21,300 Ha. Entre enero y agosto de este año, la deforestación registrada llegó a 156,300 Ha.

Según el INPE, la mayor destrucción del bosque húmedo se produjo en los estados de Mato Grosso, en el centro oeste, y Pará, en el nordeste. La actividad ganadera y agrícola en el municipio de Sinop, en Mato Grosso, arrasó con 10,800 Ha de bosques, seguido por la región de Altamira, en Pará, donde se construye la controvertida hidroeléctrica de Belo Monte, que perdió casi 10,000 Ha de selva.

Entre el 2000 y el 2010, Brasil perdió un promedio de 2.6 millones de hectáreas de bosques. Entre agosto del 2011 y julio del 2012 se perdieron 241,000 Ha, cifra ligeramente menor a las 257,700 Ha registradas entre agosto del 2010 y julio del 2011.

Desde el 2008 el gobierno brasileño se encuentra comprometido en reducir en 80% el ritmo de la deforestación amazónica sobre la media del decenio 1996-2005. Entre las medidas tomadas para evitar la desaparición de bosques se encuentran el monitoreo satelital en tiempo real, aumento de las fuerzas de seguridad, regularización de los títulos de propiedad de tierras e iniciativas de desarrollo sustentable.

A pesar de ello, el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil destina US$10 millardos anuales para nuevos proyectos de infraestructura, incluyendo represas y carreteras, que ponen en riesgo los bosques amazónicos. A esto se suman las presiones de los grupos de agricultores y ganaderos para flexibilizar la protección ambiental, como ocurrió con el Código Forestal, duramente criticado por organizaciones ambientalistas y que fue parcialmente vetado en mayo por la presidenta Dilma Rousseff.

A principios de este año, la revista Nature advirtió que la combinación de deforestación, agricultura y cambio climático está debilitando el ecosistema amazónico, con una pérdida de sus capacidades de retención y generación de lluvias.

Un estudio de la Universidad de Leeds y el Consejo de Investigaciones Ambientales de Gran Bretaña, publicado en enero, señaló que al provocar una importante reducción de las lluvias la deforestación afecta también a personas a miles de kilómetros de distancia. Una parte de las precipitaciones en Argentina, Paraguay, Uruguay y el sur de Brasil dependen de los bosques amazónicos.

Los investigadores analizaron la trayectoria de las masas de aire provenientes de los bosques, llegando a la conclusión de que a mayor vegetación, mayor humedad transportada por el aire y mayor cantidad de lluvia.

El documento advirtió que si bien la Amazonia tiene todavía capacidad de resistencia, fenómenos como incendios, deforestación y cambio climático pueden perjudicar su respuesta. Es decir, el bosque amazónico continúa frágil a pesar de los esfuerzos para reducir la deforestación.



Publicado: septiembre 2012

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