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Uruguay y la legalización del aborto

Claudia García
LatiCe

Uruguay discute despenalizar el aborto pese a las promesas de excomunión canónica y de veto presidencial, amenazas de bombas y protestas varias.


... las madres, que se embromen por ser mujeres, que paguen el pecado original ...

Una ley de 1938, más precisamente la ley número 9763, estipula que el aborto, bajo cualquier circunstancia en que éste se realice, constituye un delito en Uruguay.

Si una mujer consiente en hacerse un aborto puede ser castigada con prisión por un período que va de tres a nueve meses. (artículo 325). Y si un médico u otra persona ayuda a una mujer a abortar se enfrenta al riesgo de un proceso judicial y una condena de entre seis y veinticuatro meses de prisión (artículo 325 bis)

La ley obliga entonces a las mujeres uruguayas a llevar a término sus embarazos, sean estos deseados o no. La otra opción es realizar un aborto clandestino, con las consecuencias que ello pueda conllevar en muchos casos para su vida, salud o bienestar emocional. El Parlamento y la Asociación Uruguaya de Planificación Familiar calculan que se realizan unos 332 mil abortos ilegales al año. El caso de Uruguay no es único. Lo mismo ocurre en otros contextos de Latinoamérica.

¿Por qué abortar es un delito? Porque se considera que la mujer que aborta le quita la vida a otro ser humano, es decir, se afirma que Aborto = Homicidio

En la página de ciudadanos y ciudadanas a favor de la despenalización del aborto en Uruguay encontramos el siguiente razonamiento:

En el Código Penal y en el Código Civil hay implícitas y explícitas distinciones entre embarazo y parto como límite entre "persona no nacida" y "persona". Ningún Código Penal equipara aborto con homicidio, de la misma manera que el Código Civil sitúa en el nacimiento la condición para adquirir derechos de persona. La puja discursiva por "…dar a la identidad genética un lugar en la ley (derechos del no nacido) choca contra el edificio jurídico que establece la filiación y el parentesco según la evidencia del parto [y además] si el aborto fuera un crimen por matar un embrión genéticamente humano, ¿por qué no se juzga de igual manera su destrucción ‘in utero’ que in vitro?"

Y mientras estoy escribiendo estas reflexiones leo el artículo de Mariana Carbajal en el diario argentino Página 12 y me entero que la Cámara de Diputados debió ser desalojada por una amenaza de bomba. Me pregunto si son estos los manotazos de ahogado de un nuevo terrorismo, el terrorismo antiabortista.

Por sólo un voto de diferencia resultó, finalmente, la ley aprobada en diputados. Ahora vuelve al senado para que se discutan las enmiendas que deben hacerse al no haber recibido la cantidad de votos suficientes algunos artículos como el segundo que estipula que "los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos universales". Si luego de discutirse las enmiendas en el senado resultara que los votos favorables a la ley superan a los votos en contra sería ya la ley una realidad. Pero no por eso entraría en vigor, porque sería entonces, una vez que las enmiendas se hubiesen aprobado, que el presidente haría uso de su derecho a veto. Sí, porque Tabaré Vázquez ha anunciado que, de aprobarse la ley, va a vetarla. En 2006 el gobierno de Daniel Ortega tomaba la decisión de prohibir el aborto terapéutico en Nicaragua, en lo que no puede más que interpretarse como una medida tendiente a contentar a la iglesia católica y que resultó en un incremento de las muertes de mujeres. Dos presidentes que se dicen de izquierda toman medidas que, tal como afirmara Human Rights Watch en el caso de Nicaragua "violan los estándares internacionales en materia de derechos humanos y representa un grave riesgo para las mujeres." Da realmente para pensar, ¿no?

Y mientras el presidente uruguayo amenaza con el veto el arzobispo de Montevideo, Monseñor Nicolás Cotugno, lo hace con la excomunión canónica para los legisladores que hubiesen votado a favor de esta ley.

El periodista uruguayo Andrés Capelán responde a las amenazas del arzobispo solicitando ser inmediatamente excomulgado. Capelán acaba su escrito poniendo"…despenalizar el aborto no significa fomentarlo. Por el contrario, mantener la penalización tiene como resultado que muchas madres mueran a causa de abortos mal realizados. Pero eso no le importa a Cotugno, las madres, que se embromen por ser mujeres, que paguen el pecado original...."

Fuentes:
www.ciudadania.org.uy/despenalizar
www.pagina12.com.ar/diario/sociedad
Capelán, Andrés ¡Yo primero! Monseñor Cotugno, el aborto y la excomunión, Comcosur al día, 03.11.08 reproducido por RIMA, Red Informativa de Mujeres de Argentina



Publicado: noviembre 2008

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